Peticiones, otra vez
Retomamos el gran tema delicado de los DJ: peticiones o qué
Me repito: la profesión de DJ tiene ese componente ególatra e individualista en su concepción (el DJ suele ser uno solo que se maneja él solo) que debemos eliminar en la práctica (pinchas para la gente, cuanta más mejor), y sobre todo, necesitamos combatir desde la acción (menos envidias, más trabajo colectivo, más colaboración, menos crítica destructiva, menos lamentarse, más hacer grupo).
En esta columna varias veces planteamos la cuestión de las peticiones y veo que sigue generando sarpullidos entre el colectivo. Hay una cuestión fundamental: no pinchamos para nuestro disfrute musical personal, que también, pinchamos para que la gente se lo pase bien. Los DJ ultra personales que plantean una música rarísima sin concesiones son cuatro en este mundo, y de ellos tres no viven de pinchar. Hasta el más establecido de los DJ emplea el recurso de tirar de hits aunque sea un par de veces en su sesión, que luego curiosamente son los momentos más celebrados y gritados.
Sí, la gente va como va en las fiestas, las peticiones no siempre son educadas; pero no olvides, querido profesional, que el tiempo de la petición lo estableces tú, y que si le pides a alguien que pare o que luego lo atiendes, siempre esa persona esperará. Aún así, ¿no les parece una ventaja enorme que les ayuden a hacer su trabajo?
Vamos a una de las quejas habituales: cuando el DJ está pinchando tal o cual estilo y le piden algo totalmente opuesto. ¿No es un indicativo de que no estás llevando bien la noche? De repente la pista necesita ese cambio que esa persona está pidiendo. Sal de tu progresión habitual de 95 a 125 BPM en dos horas, rompe y mete variedad.
Los DJ a veces nos creemos tan listos que pensamos que esa persona que viene a pedirnos algo está totalmente equivocada. Y el equivocado puedes ser tú, querido selector.
Las peticiones muchas veces son una conexión a tierra, un decirte mira, vale que está guay pero se te está yendo el baifo, céntrate un poquito y dame algo de alegría. No les cuento lo que puede nutrir una selección de DJ el estar pendiente de lo que pide el público: a lo mejor hay un éxito que se te escapó en tu investigación semanal.
En resumen final. ¿A qué viene tanta alergia a las peticiones? Y sobre todo ¿Por qué quieren los DJ perder la principal fuente de anécdotas que nos genera nuestra profesión? ¿De qué hablaríamos entonces los DJ cuando nos encontremos? Nos quedaríamos sin temas y sin risas.


