No te flipes

La tarea del DJ es esa mezcla de super concentración y también de aceptar que tampoco importamos tanto

Me contaban hace nada la anécdota de un DJ al que en un sarao de tarde, tranquilo y para un público ajeno a la propuesta del selector, le pidieron que bajara el volumen algo. El DJ se puso fantástico y empezó con lo de “mi música tiene que sonar así de alta”. En realidad esa anécdota me la contaron varias veces con diferentes protagonistas. Apela a dos cuestiones. Una es que los DJ están sordos. En este colectivo hacemos poquísimo caso a la salud auditiva: los auriculares y los monitores se trabajan en rangos absurdos (hace nada me subí a una cabina tras otro DJ y tenía el volumen de cascos al máximo, y ya a la mitad a mí me parece exageradamente alto). Bajen monitores, bajen auriculares y sobre todo, queridos DJ, no pasa nada por bajar un tanto el volumen de la PA, incluso si eres listo puedes jugar con ese elemento durante tu sesión. Ah, y no sean toletes y dejen de picar en rojo, en los medidores hay un punto que pone CERO por algo.
La otra cuestión es el flipe del DJ, algo terriblemente enternecedor. Una de las muchas particularidades de esta profesión es que uno tiene que ser serio y profesional. Con todo eso de previa llegas a un sitio y te das cuenta de que muchas de las veces a la amplia mayoría de la sala o del sitio le importa un carajo que haya DJ o la música que ponga.
Tiene toda su lógica porque solo estamos haciendo eso: poniendo música. Pero a la vez estamos haciendo algo tan importante como eso: poniendo música; si tu sesión es catastrófica, se notará demasiado. Ahora, si la llevas genial, cuadra perfecta y tú estás con esa sensación de “hoy lo estoy bordando”, puede que solo un 5 o un 10% de la peña que tienes delante se dé cuenta, y creo que me paso con ese cálculo.
La mayoría de los DJ no somos estrellas que llenamos un garito, somos profesionales que cumplimos con el trabajo asignado. Y por eso la mayoría de los DJ nos enfrentamos a audiencias indiferentes. No pasa nada, forma parte del trabajo, y tras un día de una terraza donde nadie parece prestarte atención, tienes un festival que se viene abajo con tu música. La dinámica es así de peculiar.
Por eso es bueno no fliparse, pero sí centrarse. Es bueno sobre todo ser consciente de dónde estás y qué estás haciendo. Y si pones música en un evento que no es TÚ evento, ante un público que NO fue a verte a TI, y que está a otras cosas, y te dicen que bajes el volumen, o que pares o que digas por el micro que el Seat Panda matrícula tal molesta: lo haces, porque ese, y no fliparte con tu creatividad que nadie entiende, es tu trabajo.

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Juana la Cubana
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