El final de la noche
Los limitadores son el mayor problema que se cierne sobre el mundo DJ
La profusión de normativas municipales absurdas y sobre todo el abuso del limitador son los grandes peligros de nuestra profesión. Ni la precariedad ni el trabajo a deshoras ni la soledad: los putos limitadores son el problema.
Es la tecla fácil para el ayuntamiento de turno: la noche genera ruidos, nos inventamos una normativa mágica para reducirlos y la aplicamos de manera indiscriminada. Ante el temor de la típica denuncia del típico vecino que quiere vivir en una ciudad pero con el silencio de la pradera, tu ayuntamiento tiene la solución: limitadores para todo, y ojo que empiezan a aparecer ya en cualquier actividad diurna.
Son muchos los profesionales que pueden citar ejemplos: locales nocturnos limitados a 89 decibelios (ese volumen literal es una carcajada), sesión en un parque abierto por la tarde con el micrófono del limitador a medio metro de la columna, promotor de un macro concierto que te dice con razón: “No voy a alquilar un equipo de varios millones de euros para pasarlo por un limitador que no cuesta ni mil”.
Estoy cansado de estar en locales donde me piden una docena de veces por noche que suba el volumen. Me voy a hacer una camiseta que diga: “No puedo subir el volumen, hay limitador, las quejas al ayuntamiento”.
Están planteando medidas que van contra todo para garantizar la histeria de vecino y medio. Y sé que el derecho al descanso prima sobre el derecho al ocio, pero sinceramente, nos estamos pasando porque atacas a locales que ofrecen actuaciones en directo a horas lógicas, el directo, ese primer paso de esa música que luego sí celebras en otros lugares; porque vas contra espacios que son el único sitio seguro para mucha gente y colectivos. Se mide bajo el mismo rasero la conversación de la gente en la puerta de un garito que la música que suena dentro, buscando el silencio total en una ciudad. ¿Jugamos a eso? Pido limitadores para los camiones de basura. ¿Hace falta que un coche de la policía local use la sirena en una noche donde apenas hay tráfico y yo intento dormir? ¿El Zara tiene limitadores? En España tenemos una nefasta cultura del ruido, pero toda la culpa es de la noche.
Necesitamos un debate serio sobre el sonido y el ocio nocturno, los que trabajamos en él somos los primeros que no queremos que nadie se sienta molesto, pero de ahí a cargarse cualquier música a un volumen razonable con limitadores de mierda que se destrozan la calidad del sonido, hay muchos pasos.


