DJ en automático
Una experiencia en una boda deja pensando a este DJ
Anduve por una boda fuera de tierras canarias y como uno es DJ pues cotillea. Miré la cabina del DJ, bien montada tipo mueble, con una buena selección de focos para ambientar, las cajas justitas de PA eso sí para el tamaño del recinto pero sin llegar a ser cicatero. Por supuesto que la mirada del DJ ajeno se posa en el equipo del DJ local: ordenador para luces, bien, ordenador para música, bien… Y ya está. Ni una mísera controladora, ni siquiera una chiquita, una ínfima. Nada. O sea, el DJ iba a pinchar en la boda simplemente tirando del ordenador. Sabía lo que se venía: temas enteros, cero mezclas, cero ideas, cero creatividad. Y lo peor no fue eso, lo peor es a priori dio igual. El baile de la boda fue bien, con selección amplia para todos los gustos, la gente disfrutó… Hasta yo me divertí, qué diantres. Pero me quedé con una sensación agridulce.
¿Es tan fácil hacerlo? Es fácil, pero es aburrido hacerlo así. Cualquiera puede confeccionar una lista de los temas que funcionan en una boda. Por muy internacional que sea el personal (se juntaban varias nacionalidades), hay caminos para contentar a todo el mundo, o a grupos de personas durante un rato determinado. Es fácil, sí, pero terriblemente insípido. La pista no fluía, se llenaba y se vaciaba con facilidad, no había una continuidad y, lo peor de todo, yo veía a ese DJ sufriendo. Es imposible pasárselo bien pinchando así: ahora un tema, se acaba, ahora otro. Y ese aburrimiento, por mucha barra libre y por muchas ganas de disfrutar que hay en toda boda actual, se acaba transmitiendo. Siempre tenía la idea de: “Sí, no está mal, pero podría estar tan pero tan mejor…”.
El negocio de la boda no está reñido con la creatividad. La boda es quizá uno de los mayores retos para un DJ. Nunca encontrará un público de rango tan amplio, tanto en edades como en procedencias y apetencias. Dar con esta tecla no es tan sencillo como parece. De hecho, muchos DJ underground desisten por completo de cubrir ese tipo de eventos, y mira que dan dinero.
Hacer de esta profesión de DJ algo anodino, convertirlo en una tarea de simple pone temas hasta que terminen, mina también algo más el trabajo del colectivo. Si es tan fácil habrá otras cosas, llámalo inteligencia artificial, llámalo aplicaciones, que lo terminarán haciendo por nosotros. Somos los DJ los que, disfrutando, inventando y transmitiendo, tenemos la tarea de evitar que esto ocurra. Por favor, ni siquiera en una boda, jamás se aburran.


