ALE ACOSTA, DEL PHE AL FUTURO
Página publicada el 6 de Septiembre en los periódicos El Día y La Provincia, sección Candela y Ruido.
Instalado en un nuevo viaje, el músico canario es uno de los platos fuertes del festival que se celebra este fin de semana
Confieso que la andadura como periodista musical de quien esto escribe es casi paralela a la biografía musical de Ale Acosta. Recuerdo recibir los primeros comentarios de “un pibe que era un máquina de la música en Lanzarote”. Luego ese pibe con apenas 18 años se fue a jugar a la lotería de las canciones en Madrid. Desde entonces estuvimos dándole bola a sus muchos proyectos, algunos de cierto impacto como Mojo Project, otros con nombres que ya ni recuerdo. Ale le pegaba a todo, se le notaba tanto su timidez como su devoción por la música y su cintura para adaptarse a cualquier estilo.
Y llegó Fuel Fandango. Otro recuerdo de cuando me explicaba los orígenes del proyecto: una mezcla de electrónica y flamenco. “¿Pero qué hace un canario haciendo flamenco?”, pensaba yo aunque no decía. Como este cronista siempre tuvo un ojo descomunal para el éxito (esto es ironía, no doy una), Fuel Fandango arrasó: “La etapa de Fuel Fandango fue maravillosa, fueron 15 años muy intensos y de conseguir muchas cosas bonitas que uno siempre había soñado. Pero a nivel artístico somos dos personas (Ale y Nita, vocalista del proyecto) que tienen sus inquietudes personales y artísticas de hacer cosas diferentes. Era el momento de dejar el proyecto en un punto bonito y comenzar otras cosas”, describe Ale a golpe de audio de Whatsapp.
Mientras cerraba con el tour de despedida de Fuel Fandango, Ale se toma ese año también para pensar en qué iba a hacer. “Con el paso de los años me di cuenta de que la raíz, de dónde vengo yo, cada vez me tiraba más, cada vez echaba más de menos Lanzarote. Estuve muchos años investigando en otras músicas y en otras culturas y no tanto en la mía. Entonces pensé que ahora era el momento de hacerle un homenaje a mi cultura, a mis raíces y a lo que me hizo como persona. Así que empecé a tirar del hilo y a buscar en el folclore, porque lo primero que yo hice en la música fue tocar en una rondalla. Ese proceso ha sido muy enriquecedor: descubrirme a mí mismo como canario y ver todo lo que en su día aprendí y lo tuve dormido durante veintipico años”.
El resultado es un disco donde fusiona electrónica con raíz canaria con muchos referentes a su cercanía. “El porvenir es un diario de por dónde voy transitando musical y personalmente, y eso lo plasmo en canciones. Ahora estoy terminado el resto del disco y algunos temas están cogiendo otros derroteros, porque el provenir no lo conocemos, y por eso me gusta ese concepto del disco. En algunos temas me entra la nostalgia y el sentimiento canario, y en otros escucho electrónica de otro toque y tiran por otro lado. Pero sí quiero mantener el sello de ese sonido canario, esas percusiones canarias”.
Parece el trayecto simple del músico que triunfa con un grupo y se lanza en solitario. Pero Ale deja varias reflexiones vibrantes del camino. Como lo de ser cantante principal por primera vez: “Está siendo el proceso más duro y retador. La verdad es que los conciertos que estoy haciendo, estoy mucho más nervioso antes de salir”. Sobre este año de andadura de El porvenir: “Me he vuelto a enamorar de la música, de arrancar un proyecto, darle forma mientras haces las canciones, mientras das los conciertos, ir esculpiendo un proyecto poco a poco”.
El concierto del Phe es una parada en una agenda cargada de proyectos. Ale habla de producciones de temas y remezclas para artistas nacionales de primer nivel que aún no puede desvelar, de la banda sonora de una serie para Netflix, y claro, de El porvenir 2, que espera tener en la calle antes de que acabe un año. Ahora le escucho y recuerdo aquello de: “Hay un pibe en Lanzarote que es un máquina de la música”, y no puedo evitar una sonrisita de tonto orgullo.


