DJ TONYTZ

Retrato dj Tonytz

Desde Tanzania a Tenerife, un aluvión de afro en las manos de Tonytz

Entrevista publicada el 26 de Julio en los periódicos El Día y La Provincia, sección Candela y Ruido.

¿DJ Tonytz es un DJ de…?

Soy un DJ de afro house. Mis raíces vienen de Zanzíbar, Tanzania, y llevo ese alma africana a cada sesión. Me defino como un DJ cultural: no solo pongo música, cuento historias a través del ritmo.

¿Por qué te hiciste DJ?

Me hice DJ porque la música está en mi sangre. Desde niño sentí el poder del ritmo, desde el taarab (género propio del África Oriental) hasta los tambores africanos. Vi cómo la música une a la gente, cómo habla sin palabras. Quería ser parte de eso. Ser DJ me dio la forma de compartir mi cultura, mi energía y de inspirar a la gente, especialmente a los jóvenes.

¿De dónde viene tu nombre artístico?

Mi nombre real es Anthony, y cuando empecé a ser DJ, mis amigos me llamaban Tonytz para que sonara más único e internacional. El “tz” significa Tanzania, mi hogar. Así que DJ Tonytz significa “Tony de Tanzania”. Llevo a mi país en mi nombre.

¿Hay alguna canción, género o artista que sea tu placer culpable?

Jaja, sí, de hecho disfruto de algo de Bongo Flava de la vieja escuela de Tanzania. A veces escucho canciones de Professor Jay o Diamond Platnumz cuando estoy solo. No es realmente vergonzoso, pero no forma parte de mis sets… ¡todavía!.

Y al revés, ¿qué artista o qué canción nunca falta en tu sesión?

Debo tener tracks de Caiiro, Da Capo o Enoo Napa; me inspiran. Su música tiene emoción, poder y profundas raíces africanas. Una canción que siempre tengo es Your Voice de Da Capo; siempre levanta la sala.

¿Cuál es la petición más ridícula que te han hecho?

Una vez estaba pinchando afro house y alguien se acercó y me pidió que pusiera ¡Celine Dion! Tuve que sonreír y decir: “¡Esta vez no, hermano!”.

Aparte de las peticiones raras, ¿cuál es la cosa más loca que viviste en una cabina?

Una vez, en una fiesta en la playa en Tenerife, alguien saltó a la cabina del DJ y empezó a bailar justo a mi lado como si fuera parte del show. La seguridad tuvo que sacarlo, pero a la multitud le encantó. ¡Fue salvaje, pero también un poco divertido!

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