UN BOREAL GIGANTE

El festival que quiere crecer al revés suma jornadas memorables

Publicada el 27 de septiembre de 2025 en los periódicos ‘El Día’ y ‘La Provincia’, sección ‘Candela y Ruido’.

Hay varias cosas buenas que le pueden pasar a un festival: dar con un público, tener un carácter, diferenciarse de otras propuestas similares… Pero lo que realmente lanza a una cita musical festivalera es el concierto memorable, la jornada histórica, esa que dentro de diez salta en una conversación: “Ños, ¿te acuerdas del concierto de Rodrigo Cuevas en el Boreal 2024?”. El Festival Boreal, una cita de tamaño chico-mediano, en un lugar recóndito y bello como es Los Silos, lleva 18 años atesorando recuerdos de ese calibre. Y la entrega de este 2025 dejó otros tantos más para la gavetita de la memoria musical de todas. 

¿Cuál es la clave? Pues en parte puede estar en el fantástico y cariñoso equipo que encabeza Javier Jiménez. Odia que lo llamen Javier, lo sé. Les comento que a Javi lo conozco hace una eternidad por eso que nos empuja, que es la música. Sé alguito como es: con un olfato insaciable, con una habilidad enorme para pillar tendencias y artistas en su justo punto de cocción, pero sobre todo con un respeto y pasión enorme por esto que nos ocupa, que, insisto es la música. 

Le pregunto directamente si no siente un abismo al cerrar otra edición de Boreal trepidante (“en un plano absolutamente personal, el balance de Boreal 2025 es de un éxito absoluto que no imaginé”, responde). Su respuesta es algo que he oído en otros profesionales de esto: productores, DJ, intérpretes: la música siempre te ayuda: “El mundo está lleno de propuestas musicales de altísimo nivel, de músicas y de artistas maravillosas. Y lo difícil no es encontrarlas. Lo difícil es tener la valentía de programarlas, algo que te puedes permitir cuando no dependes de nombres mainstream para atraer públicos: el cabeza de cartel de nuestro festival se llama ‘Boreal’. Aun así, no es fácil acertar con las propuestas programadas: el principio de incertidumbre es una constante que convive siempre cuando se construyen programas artísticos no comerciales”.

Se vivió en la jornada del viernes, 19 de septiembre (única a la que este cronista pudo asistir). Con la apertura pegada a la tierra y llena de libertad de Cristina Mahelo, pero con un Israel Fernández que con arte y algo de incomodidad sacó con brillantez adelante una propuesta en un recinto que quizá no era el más indicado, pero son estas apuestas las que dan carácter a Boreal. 

Las dudas empezaron a resolverse a partir de media tarde. Podemos calificar la propuesta de OM Domínguez como totalmente boralera, rap con sello canario, Residente meets Taburiente como la definió el colega Johantah Mextura2, quizá algo obvia en algunas rimas pero con ese carácter fiestero que siempre agradecen los escenarios grandes. 

De ahí la jornada creció hasta la mística. Catarsis colectiva con Califato ¾ con masiva presencia de andaluces en el aforo, y despiporre perreístico con Lapili: solo ella, cuatro bailarinas y toda la reivindicación body positive sobre el escenario. No fue la única pelea del Boreal: el recuerdo a Palestina fue constante durante todo el fin de semana. 

Como remate, si me lo permiten, Kinewa y Ninf.A se sumaron a la sesión final de Juana La Cubana en un lujo que nunca podré agradecerles lo bastante a estas dos jóvenes y valientes creadoras. El sábado cuentan que fue otro tanto de potencia musical. Con este resultado, ¿mantiene Jiménez la idea de crecer decreciendo?: “Sin duda. Es un camino de no retorno. Nuestro festival nació ligado a la defensa del territorio. Dar un paso atrás en la actual apuesta por el decrecimiento no entra en nuestro ADN ni en nuestra manera de entender las prácticas culturales”. Hay que preguntarle por si hay algo ya pensado para la edición 19, pero Javi deja una respuesta política: “Tengo pensando un buen puñado de apuestas que entren en una caja de pandora feliz llamada ‘Festival Boreal’. La premisa es que las disfrutes, ya sea conociéndolas de antemano o dejándote sorprender”.

Al frente de Folelé Producciones (que por cierto Folelé de Cruz Cafuné fue la primera canción que sonó en el escenario Los Silos de Boreal 2025), le pregunto por otros proyectos. Me deja una respuesta muy Javi: “Procuro darme un bañito todos los días en las piscinas de Bajamar, donde vivo. Descubrí algo tarde que los autocuidados (los cuidados en general) son más importantes que proyectos como Boreal, con los que sueño y trabajo a diario. Boreal es hermoso, pero sin vida saludable no hay Boreal deseable. No hay sostenibilidad sin cuidados”. Y creo que es la mejor definición de lo que es Boreal, un festival sostenible que cuida: a la música y a los que vamos a dejarnos cuidar. 

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